Orígenes

HISTORIA INSTITUTO SAGRADO CORAZÓN · 1923 – 2023

Por secretos designios divinos la crónica de nuestro Instituto hunde sus raíces al otro lado de Los Andes; en la señorial Córdoba una inquieta viuda sentía renacer en su interior una antigua y ferviente inclinación hacia la vida religiosa. Un 15 de septiembre de 1865, de camino a adorar al Santísimo en la Iglesia de las Catalinas, se le vino al pensamiento que tenía un terreno en el que podía edificar una casa de Ejercicios Espirituales y formar una comunidad de señoras que estuviese a su servicio. Desde esa inspiración y luego de soledades, dolores, pequeños logros y alegrías vio finalmente realizado su “sueño dorado”. El glorioso día del Arcángel San Miguel, el 29 de septiembre de 1872, se funda el Instituto de las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús en Argentina.

Al otro lado de la cordillera en 1854 en el corazón del Padre Pedro José Cerda, sacerdote chileno, ardía el anhelo de “proporcionar a sus hermanos en Jesús ejercicios espirituales” disponiendo en Rancagua de una casa y una capilla para tal efecto y fundar junto a ella “una escuela gratuita para niñas pobres.

A ambos lados del macizo cordillerano se tejían dos historias paralelas: la del Padre Pedro José Cerda y la de Madre Catalina, animadas por una misma inspiración: formar jóvenes en la fe y ofrecer a la comunidad momentos de retiro y oración. Sería la providencia divina quien enlazaría luego ambas historias.

La obra de Madre Catalina extenderá sus lazos a nuestra ciudad de Rancagua, de la mano del Padre José Miguel Galaz, quien establecerá los nexos para traer a ”esta queridas hermanas” y , en el corazón de Chile, alzar una obra que dé gloria a Dios amando y reparando.

La voluntad de Dios, con sus misteriosos designios, reuniría a comienzos de 1922 en conversación franca a los presbíteros José Verdaguer, sacerdote mendocino que visitaba Chile por salud y José Miguel Galaz, párroco de la Iglesia principal de Rancagua. Rodó el discurso sobre las maravillosas transformaciones que los ejercicios espirituales y la educación en la fe provocaban en las almas que los recibían. El padre Galaz, contó que buscaba con ansias, religiosas que pudieran hacerse cargo de la casa de ejercicios, su terreno y capilla ahora abandonados e iniciar una obra conjunta de educación y espiritualidad que diera cumplimiento a la última voluntad del Padre Cerda.

Fue entonces, cuando la hora fijada por Dios había llegado. El padre Verdaguer conocía el Instituto de las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús, quienes en Córdoba se dedicaban precisamente a ejercicios espirituales y a la educación en la fe. Tras cuatro llamados anteriores, este quinto fue el momento preciso en el que las Esclavas traspusieron la cordillera y se asentaron en tierras chilenas. El Corazón de Jesús había esperado y extendía sus manos protectoras sobre esta nueva obra. Rancagua será la primera fundación de la congregación fuera de la Argentina. La primera comunidad de hermanas fundadoras y la congregación considera al Padre José Miguel Galaz el fundador de esta obra por establecer los lazos para esta fundación, su incansable apoyo y cariño a las hermanas y niñas y sus desvelos y entrega generosa a toda necesidad que surgiera. Las palabras de quien lo conoció “sus predilectas, las niñas de la escuela anexa” son testimonio que motivan el agradecimiento perenne de esta comunidad educativa a su Fundador.

Llegaba el momento de la partida de las primeras cinco hermanas que prepararían todo para la nueva fundación. Reinaba el entusiasmo, algo de tristeza por la separación y mucha esperanza por la misión que se iniciaba. Pasaron por San Juan y Mendoza, viajando en ferrocarril. Se les llama las “exploradoras chilenas”. Se les agasajó con poemas, algunas dramatizaciones, sabores exquisitos para degustar y refrescarse.

Así es como partieron hacia Chile cinco estrellas: Madre Catalina Luisa Ferreyra, hermana María Serafina Estrella, hermana Margarita María de Goupillant, hermana Carmen de María Angulo y hermana Margarita María Brennan.

Finalmente llegan nuestras pioneras a Santiago al mediodía de un primer viernes, el 5 de enero de 1923, entre muestras de atenciones y cariño las esperaba el Padre Galaz. Tres días después, el 8 de enero emprenden viaje a Rancagua en un antiguo tren, la estación estaba repleta y fueron recibidas con respetuoso cariño. En una larga procesión de coches, se encaminaron a la casa de las Hermanas del Buen Pastor. Serán ellas las más cariñosas y delicadas al acogerlas y acompañarlas en toda esta primera etapa.

El 11 de febrero llega el resto de las 12 hermanas que formarán la comunidad fundadora: Madre Margarita María de Carlo, Hermanas Victoria de la Cruz Aguirre, Angélica Luisa Núñez, María Margarita Ruiz, María del Socorro Quiroga, María Teodosia Molas, María Josefa Recalde y María Carolina Camusso, acompañadas por la Madre General y su secretaria. Por ello se considera este el día de la fundación.

Existe en la calle Astorga número 480 una casa destinada a ejercicios espirituales y capilla antigua, en dicho lugar se erigirá el colegio y la escuela de los que se hará cargo la nueva comunidad con el compromiso de dar los ejercicios espirituales.

En esa época la ciudad de Rancagua contaba con 20.000 habitantes; su primer magistrado es el intendente. La instrucción pública cuenta con el Instituto O’Higgins dirigido por los Hnos. Maristas, cursos universitarios, liceos de enseñanza secundaria de niños y niñas, liceos particulares, escuelas fiscales, escuela profesional para artes y manualidades y el kindergarten de la Señorita Esperanza Escobar. También cuenta con un hospital atendido por las hermanas de la caridad de San Vicente de Paul. Casa correccional de mujeres regida por las hermanas del Buen Pastor. Iglesia parroquial, los templos de la Merced y San Francisco, atendidos por los religiosos de las dos órdenes.

El 15 de marzo abre sus puertas, contigua al colegio, la escuela anexa para niñas de escasos recursos, se forman 3 salas con una inscripción de 127 alumnas que al finalizar el año serían 131. Es gratuita, se da clases de 13:30 a 16:45 hs., en elemental, primero, segundo y tercer año. Las hermanas Pizarro , Molas, Núñez y Riveros las atienden y educan. Asisten a misa los Domingos y a las celebraciones igual que el colegio. Pertenecen al apostolado, cruzada eucarística , Corte de María y también toman retiro espiritual.

Las hermanas a cargo de la Escuela son: Hermana Angélica Luisa Núñez quien da clases de Ensayo y Melodrama, Hna. Margarita Brennan a cargo de primer y segundo año, Hna Carmen María Angulo, maestra de religión e historia sagrada, hermana María Carolina Camusso, portera y maestra de labor de 2º año. Las alumnas del colegio ayudan a las alumnas de la escuela con mucha alegría en vestimentas, alimentos, y además las apoyaban enseñándoles.

Una especial mención se merece la Hna. Margarita Brennan quien a lo largo de los años y hasta su muerte tiene una presencia constante y tierna. A pesar de una enfermedad que la deja imposibilitada para caminar sigue con su maternal cuidado de las niñas desde su silla de ruedas. Será su directora durante algunos años y quienes la conocieron dan fe del amor por sus niñas de la escuela.

Transcurren los años y tanto el colegio como la escuela siguen creciendo, surge la enseñanza básica por lo que se completan 8 años de trayecto educativo, el edificio de la calle Astorga se hace pequeño y la congregación inspirada en su carisma de servicio a los más desposeídos considera necesario ampliar su obra evangelizadora en la educación y decide la construcción de un nuevo edificio en la población Manzanal en el año 1985. Quedaban en la memoria del corazón los años vividos en aquella capilla, salas y patios.

El inicio de su tarea en el nuevo lugar está marcado por la sencillez, austeridad y colaboración de las familias, el personal y las alumnas en torno a un camino de superación constante. A los 13 años de haber llegado al nuevo barrio surge la necesidad de ampliar la propuesta del trayecto educativo abriendo la enseñanza media, tras dificultades y venciendo obstáculos se llega a la realización del tan esperado sueño de ver a las niñas transitando su educación media en nuestra querida escuela y surge así la necesidad de imponerle un nuevo nombre “Instituto Sagrado Corazón”, que marcará el inicio de un camino lleno de logros, alegrías y aprendizajes en comunidad. El año 2002 da a luz las primeras licenciadas del ISC.

Treinta y dos años después de aquel nuevo comienzo el Instituto Sagrado Corazón da gracias a su Divino fundador y protector el Sagrado Corazón de Jesús, por su fidelidad y misericordia y por las bendiciones derramadas en tantos corazones infantiles y juveniles a su paso por esta histórica ciudad a lo largo de estos 100 años de vida.